Los callicidas son productos específicos para el tratamiento de los callos y durezas en la piel de los pies y aunque contienen ingredientes, tales como el ácido salicílico, que ayudan a ablandar y eliminar estas áreas endurecidas, actualmente están desaconsejados.
Antes de usar cualquier callicida deberías consultar con un especialista para determinar la causa subyacente de los callos y recibir una orientación personalizada sobre el tratamiento más adecuado ya que es fundamental abordar las razones que hay detrás de su formación, ya que podrían estar relacionadas con la elección del calzado, la biomecánica del pie o condiciones médicas subyacentes.
¿Porqué está desaconsejado su uso?
Los callicidas pueden ser potencialmente peligrosos para la salud de los pies si se utilizan de manera incorrecta o sin la supervisión adecuada. Aquí hay algunas razones por las cuales los callicidas pueden representar riesgos:
1. Quemaduras o irritaciones: Algunos callicidas contienen ácidos o sustancias químicas fuertes diseñadas para disolver callosidades. Si se aplican en exceso o en áreas no afectadas, pueden causar quemaduras químicas o irritaciones en la piel circundante.
2.Lesiones cutáneas: El uso excesivo o prolongado de callicidas puede dañar la piel sana alrededor de la zona afectada. Esto puede resultar en heridas, ampollas o úlceras, especialmente en personas con piel sensible o condiciones médicas preexistentes.
3.Infecciones: Al aplicar callicidas, existe el riesgo de romper la barrera protectora de la piel, aumentando la vulnerabilidad a infecciones. Las bacterias pueden ingresar a través de cortes o lesiones causadas por la acción del callicida.
4.Problemas en pacientes específicos: Personas con diabetes, problemas circulatorios o enfermedades neuropáticas deben tener precaución al usar callicidas, ya que pueden tener una menor capacidad para detectar problemas en los pies y un mayor riesgo de complicaciones.
5.Uso incorrecto de productos: La variedad de callicidas disponibles en el mercado puede llevar a la elección de productos inapropiados. Es esencial seguir las indicaciones del fabricante y, preferiblemente, buscar la orientación de un profesional de la salud.
Además no son una solución definitiva del problema.
Para evitar riesgos, se recomienda que las personas consulten a un podólogo o profesional de la salud antes de utilizar callicidas, especialmente si tienen problemas recurrentes de callos o durezas en los pies. Estos profesionales pueden proporcionar un diagnóstico preciso, identificar la causa subyacente del problema y recomendar un tratamiento seguro y efectivo.
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